Sin remitente:
Hola.
El motivo de la presente es porque debo compartir con usted algo que a veces aturde mi memoria y recrea recuerdos que ya no quiero.
Ha pasado el tiempo y me siento bien, quiero que sepa que incluso estoy mejor que cuando me conoció, hablando emocional y mentalmente, pues respecto a lo físico, no hablemos, ya nadie habla de los cuerpos y eso me parece mejor, más sano también.
He encontrado boyas en mi mar de emociones y son las que me han salvado, son amarillas y me han permitido salir a flote.
Yo deseo con el corazón que usted se encuentre bien y que haya crecido y lo siga haciendo conforme pasa el tiempo.
A veces pienso en su madre. Me pregunto si sigue con vida, incluso en ocasiones me descubro repasando su número de teléfono en mi memoria y sí, ahí está escondido entre esos huecos con ecos que le quedan a esa parte mía.
Me he detenido y he evitado el saludo para no estropear la distancia que también ha sido el mejor pilar que pudimos construir. Y tampoco lo he hecho porque me da miedo escuchar que ha muerto.
Hablando de muertes, cuando murió mi abuela, vino usted a mi mente, la conoció y era la única que si bien no le quería, al menos le aceptaba.
Aunque después de este breve preámbulo, lo que en sí quiero decir es que a veces aparece en mis sueños y precisamente vengo a pedirle que renuncie a visitarme, quiero que abandone esa parte que sólo a mí me corresponde vivirla.
Cuando me visita por las noches, amanezco con resaca y permanece en mi mente al menos por las primeras tres horas del día, pensando en el qué hubiera sido si… y sobre todo se perpetúa la frase de una de mis canciones favoritas “no fue bueno, pero fue lo mejor”.
Me deja una enorme presión en el pecho y cuando despierto, me alegro mucho de que sea un sueño.
A veces me siento mal por no querer saber absolutamente nada de usted, pero ha sido la mejor manera de nadar en este río al que se le rompió el cauce.
No le odio, creo nunca lo logré, sólo quise desde mi ego que alguna vez me extrañara tanto que hasta le dolieran las manos por no tocarme.
Hoy ya me da igual y me he resignado a que su recuerdo estará mientras mi mente no me falle más de la cuenta y bueno, puedo vivir con eso, pero por favor, ya no venga cada noche.
Además, no entiendo por qué su espíritu insiste en permanecer vivo en mi mundo onírico, si siempre el final es el mismo: le pido, como ahora, que se vaya.
Tengo una leve esperanza, ya no siento su olor y la última vez ya no tenía rostro, pero en esencia sabía que era usted otra vez, me lo decía su egoísmo silencioso y grandísimo más grande que sus propios pies.
Entonces luego de enunciar esta serie de palabras, quiero pedirle de la manera más atenta que no regrese, que continúe por los caminos en los que ahora ande.
Aunque admito que a veces me gana el morbo y curiosidad por preguntar a alguna persona conocida si ya se casó como tanto lo anhelaba, si ya tiene esa familia que quería muy a su manera y bueno, por fortuna, mi desinterés es mayor y aquí me tiene, escribiendo esta carta que era necesaria desde tiempo atrás.
Hace ya casi un año me escribió su última carta y aquella quedó sin respuesta, digamos que era la forma más cordial en la que se diera por enterado que le leí, por lo tanto, le pido que responda de la misma manera.
Así que espero la dirección de correo a la que estoy enviando sea la correcta, porque si de algo tengo ganas esta noche es que sepa que reitero mi renuncia como cada año.
Dicen que para olvidar a una persona te lleva el doble del tiempo que convivieron, así que estoy dispuesta a escribir esta carta a diario si así lo necesita.
Disculpe usted la demora, pero cada día tengo pendientes, digamos que un poco más interesantes que dedicarle palabras con sabor a lejanía y olor a libros enmohecidos.
Atentamente esa chica que dejó de ser. Saludos cordiales.



Me encanto, muchas felicidades soy tu fan mi vida y siempre pido a Dios que te bendiga. Disfrute verlo llegar y luego irse repetidas veces, y quedarme como una estúpida llorando en el silencio detrás de la puerta. Ahora, suelo soñar que disfruto mucho su partida. De la cual hice todo lo posible para que sucediera, cuando llega el ocaso y la hora gris... Cierro las puertas y ventanas y me sumerjo en este inmenso amor qué hoy es una realidad.
ResponderBorrarWaooo, qué preciosura lo que compartes. Me acabas de hacer pensar en una dinámica que luego te compartiré. Gracias por tan bonitas palabras también. Te quiero.
BorrarSiii.. Me encanta este espacio para expresar tantos sueños y realidades.
BorrarMe encantó. También me/le escribía para sacarlo. Para soltarlo. Te adoro
ResponderBorrarEres una hermosa, agradezco mucho que pases a leer por acá. Y me gustaría leerte también. Siempre he sabido que tienes mucho por decir. Beso
BorrarAmiga te quiero y te admiro! amé leerte, escuchar tu intimidad y territorio emocional.
ResponderBorrarQuizá nunca hablamos de ello a profundidad, pero sé que fuiste una sobreviente, una vinkinga fuerte...eres siempre un ejemplo para las quebradizas. Te amo.
Waooo, gracias por pasar a leer por acá amiga mía. Gracias en verdad. Lo atesoro mucho y sí, en efecto, somos mujeres muy, muy fuertes. Te amo mucho.
Borrar